Entre la historia y la leyenda, las siete maravillas del mundo antiguo siguen fascinando a generaciones. Solo una sigue en pie: la Gran Pirámide de Guiza en Egipto, la más antigua y única superviviente. Erigida como tumba para el faraón Keops, fue la estructura más alta del mundo durante casi cuatro mil años.
El Templo de Artemisa en Éfeso, dedicado a la diosa de la caza, fue uno de los templos más grandiosos de su época, pero fue destruido por incendios y saqueos.
El Coloso de Rodas, estatua de bronce del dios Helios, se alzó como un símbolo de victoria, aunque un terremoto la derrumbó tras pocas décadas.
El Faro de Alejandría, guía para navegantes en Egipto, impresionó con sus más de 100 metros de altura hasta que terremotos lo destruyeron en la Edad Media.
El Mausoleo de Halicarnaso combinó arte griego y oriental, pero también sucumbió a los terremotos, aunque restos aún se exhiben en museos.
Los Jardines Colgantes de Babilonia permanecen como un misterio sin pruebas arqueológicas concluyentes, y algunos dudan de su existencia real.
La Estatua de Zeus en Olimpia, obra maestra de Fidias, fue destruida por un incendio, pero su imagen permanece en la historia.
























